Archivo mensual: abril 2011

Esbozo de reflexión sobre el artículo «Consumir, Consumir, consumir…» de Cristina Sáez para la revista «Redes»

Queridos amigos, esta semana tuve la oportunidad de leer de modo accidental el artículo “Consumir, consumir, consumir…” de Cristina Sáez, incluido en el número de abril de la revista “REDES” de Eduard Punset. Como les decía, esta publicación llegó a mí de modo sorpresivo, y además en medio de una de esas muchas noches de insomnio en las que los poemarios temáticos, la denuncia y la injusticia, pueden llegar a paralizarte en una especie de vigilia vertiginosa, sobre todo encendida con el temor de que el siguiente día se parezca al que no te han dejado vivir.

Pasé rápidamente sus páginas con el interés del sonámbulo, pero sin quererlo, me detuve en el artículo anteriormente señalado. ¿Por qué? Pues posiblemente porque tenía una gran relación con lo que actualmente estaba escribiendo en mi poemario “Ágata”.

Evidentemente, las perspectivas de ambos trabajos son diferentes, y mientras yo lo muestro desde una perspectiva más poética y totalitaria, el artículo, atacaba el tema del consumismo de un modo más analítico y concreto.

Ahora bien, las conclusiones siguen siendo las mismas. El consumismo y el acuerdo por parte de las multinacionales para pactar la obsolencia de sus productos, generan, como es lógico, una cantidad incontable de desechos. Unos desperdicios que se incrementan exponencialmente y de un modo directamente proporcional al grado de consumismo del llamado “primer mundo”.

Esta noticia, como otras tantas, es catastrófica. Sin embargo, la vemos como tal porque es tangible por nuestros sentidos. Consideremos pues el estado ruinoso y corrosivo de todo aquello que ni siquiera podemos llegar a percibir. Ante esta barbarie tangible, son muy pocos los que hacen algo, y eso que hay acceso a la información sobre los destrozos.

¿Qué pasa entonces con lo que no podemos percibir, y que muchas veces podría llegar a ser la auténtica etiología en la que se sustenta la ausencia de ideales, así como de la falta de motivos y compromiso por parte de las antiguas y nuevas generaciones? Y me refiero por supuesto al origen de la falta de conexión del ser humano con su realidad e identidad natural, causa lógica y conocida por todos de las principales catástrofes que nos aletargan sobre una conducta de negación de lo primigenio y esencial.

***

Pensemos un instante. ¿Y si el consumismo no fuese más que una de las proyecciones del ser humano de plástico y necesidades creadas que el capital ha ido construyendo?

Antes de hacer ningún tipo de reflexión, quisiera referirme al primer caso, es decir, el tangible. En él, podemos predecir que a la Tierra tan sólo le quedan unos años para dar cabida a toda esta destrucción. Sin embargo, y yéndonos ya a la segunda instancia; no deja de ser más que interesante el porqué esta multitud de sujetos no puede percibir muchas de sus propias raíces naturales, raíces que incluso llegan a despreciar como si actuasen de modo mecánico una serie de inhibidores sociales. Ahora bien, si estos individuos tan sólo son una pantalla en favor de los candados, ¿qué queda de ellos?

¿Podríamos estar viendo la luz destructora de una estrella ya desaparecida?

Yo tengo esperanza. La respuesta, además de en otros muchos lugares, tiene que estar en todo aquello a lo que nos han enseñado a destrozar (“produciendo” un sistema en el progreso y estabilidad, sin lugar a dudas).

Entre otros campos, el destino de la poesía yace pisoteado por el desprecio de hasta los que se jactan de promocionarla, así que, y sin lugar a dudas, este podría ser un magnífico camino hacia ese lugar utópico, al que muchos ya han dado por perdido.

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Hace unos pocos años sabían qué era una cárcel, ahora la buscan en el entretenimiento, mientras tú sigues en ella.

Querría compartir con todos vosotros, y quizás un tanto a la luz de la última reflexión este poema del libro «Sahara». Se titula sucedáneo de fuga. Hemos visto catástrofes, delirios sociales, injusticias, miedo… Sí, es cierto, todo esto es una constante en el comportamiento diario del ser humano. Sin embargo, cada vez más, este forma de actuar se está convirtiendo en desructiva y autodestructiva, sobre todo para satisfacer un vacío sin fondo con el «soma», por referirme a palabras de Huxley del entretenimiento.

Una pregunta, no será el modo inconsciente que tienen para escapar.

¿De dónde? ¿Adónde van? ¿Por qué destruyen en esta huida psicótica?

 

Sucedáneo de fuga.

David Fernández Rivera (del poemario «Sahara»)

 

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Poetas contra el maltrato, todos somos ella…

Ojalá no tuviese que seguir publicando este poema. Esto significaría que la matanza de la mujer y en extensión de la procreación, habrá terminado. Sin embargo, esto no es así, por lo que no tengo más remedio que seguir escribiendo sobre aquello que menos me gusta, pero que es lo verdaderamente urgente.

Este poema lo escribí con diecisiete años, pero quiero que sirva como adelanto de uno de los capítulos de mi nuevo poemario “Ágata”. En la colonia Ágata no hay hombres, mujeres, y posiblemente tampoco niños, sólo pensamientos atrapados e inhibidos por una serie de candados, entre los que destacan aquel que ciega con una pantalla la tortura de la mujer, y en extensión, la del poeta…

No al maltrato en toda su extensión, ojalá que muchos abran los ojos fuera de Ágata, allí no siempre nos espera la muerte o el temor al maltrato, incluso puede llegar a esperarnos la utopía contenida bajo los ojos de un tallo de flor…

 

No, no llores mi amor.

 

Los ardientes témpanos de la noche

tejieron junto al galope de tu sonrisa

una marea de yunques

en el cáliz de tu melancolía.

 

Entre los turbiones de lienzos rasgados

escuchas,

un vuelo de nieve,

Prisionera.

 

No, no llores mi amor.

 

En los lagos de tu pesadilla

danzan balaustradas de navajas y cerraduras

golpeándote

con gritos y campanadas

en el invierno de tu frente,

 

y te dejas caer…

 

Las hojas,

adornadas con tu sangre,

atenazan con fuerza

los botones primaverales

que cubren el ocaso de tus vientres.

 

El barbecho

se enjaeza y nutre con tus lágrimas…

 

No, no llores mi amor.

 

Mili,

 

el ave albina

al fuego de tus recuerdos

unirá el lazo de nuestras voces

en su alfaguara de luz.

 

Así,

vestida del clamor de tus tormentos,

recogerá una rosa

en el llanto de los caídos,

y posándola en tu boca

te dirá:

 

No, no llores mi amor.

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No tenemos miedo

Muchos todavía no lo saben, y es que en el subconsciente colectivo se cree que vivimos en plena libertad. Aunque bastará el hecho de que alguno de los miembros de esta red social, haya intentado sugerir algo diferente a la cadena productiva en la que vivimos, para darse cuenta de que desafortunadamente, la realidad dista mucho de la u…topía.

Sin embargo, esta cultura del miedo como principal inhibidor en la que nos han hecho vivir, jamás será un freno para aquellos que queremos vivir y reivindicarnos de verdad.

Además, de esto ya sabemos bastante los que llevamos tiempo trabajando desde una perspectiva animalista y social. En «Trigueros del Valle», las personas que habían permitido que se llevase a cabo el «Día del Orgullo Animal», en el que yo participaba como director de teatro de una obra de Ángel Padilla, fueron, y por consecuencia, fuimos amenazados de muerte.

Del mismo modo, recibimos continuas amenazas del inmovilismo más reaccionario y de toda esta locura socio económica. ¿Por qué? Pues simplemente por luchar por la libertad y la dignidad de todo lo que nos rodea.

Por eso, y desde aquí, queremos gritar con fuerza para decir que NO TENEMOS MIEDO, y es que sólo venciendo al miedo se puede vencer a la muerte.

Aprovecho para homenajear a los brigadistas internacionales, nos enseñasteis a vivir sin miedo, a luchar por la libertad…

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Homenaje a Syd Barret

Algunos de los que consideran enfermos,
no lo son:
tan sólo recuerdan el útero…

Un sencillo homenaje para todo un ejemplo de hombría, intensidad, talento, y sobre todo, valor. Vivir de verdad es muy difícil, él al menos quiso intentarlo, desafortunadamente no le dejaron…

Incluso a muchos de los que vivieron cerca del como Watters o Nick, no se les ve una especial voluntad por desmentir lo que tantos opinan de él.

Fuiste tachado de loco, depresivo, maníaco, drogadicto, esquiofrénico, esó sí, muchos tardaron en calificarte como lo que eres, es decir, un genio.

Quizás algunos, o una gran multitud, fueron conscientes de que Syd es el verdadero corazón de «Pink Floyd», hasta que se anunció de un modo tímido su muerte. En contraste, un grupo que triunfó y seguirá triunfando, eso sí, él se alejó de nosotros cuando todavía contaba con veinticuatro años…

Yo tengo veinticingo, pero tengo la suerte y el convencimiento de que muy pronto estaré contigo y volveremos a subirnos a la psiicodelia escondida en el retoño que oculta el tallo de una flor…

¿De nosotros? Pues un manojo de poemas y la voluntad de seguir viviendo consciente o inconscientemente.

Te quiero, Syd…

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Ecos de la noche

Les presento a mi nuevo hijo del escenario. Se llama «Ecos de la noche», y no deja de ser un proyecto escénico, en el que junto a músicos como Enrique Estrada o Diego Pacheco, hago llegar no sólo un diálogo sobre mi propia concepción poética, sino que a su vez, ofrecemos un modo muy personal de entender aquello que somos. Después de m…uchísimos baches relacionados con las mentiras de los que compran el teatro, así como de los políticos que se jactan de llevar cultura al pueblo, hemos demostrado que, sólo entre Galicia y Andalucía, completaremos las 50 funciones. Y, ¿por qué pongo el número? Pues quizás así haya algún técnico de cultura resabiado e ignorante que sepa que el público no quiere sólo comedia barata y puro entretenimiento, también quieren ser personas. Y yo estaré siempre dispuesto a llevarles esto aunque sea gratis. ¿Por qué? Porque es lo único que tengo, es lo que soy…

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Audiolibro del «Romancero Gitano»

La «crisis» nos afecta a todos, y en mayor o menor medida, la crisis de valores, la corrupción política y el caciquismo, nos impiden hacer llegar obras que el público no tiene oportunidad de recibir. Afortunadamente, siempre llegan proyectos maravillosos como este que les presento. En él alguien vuelve a creer en mí, aunque sea como actor, en este caso para ponerle voz al respetabilísimo «Romancero gitano». Han comenzado las sesiones de grabación, y sólo puedo decir que me estoy dejando la piel. Sí, está siendo mi mejor trabajo como actor.

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